Reconocerse en la
mirada del otro, en ese sujeto que guarda
una mirada semejante a la nuestra, de aquel que sabe lo difícil que ha
sido extrañar y vivir lejos de casa. Hablo de realidad a la que se enfrentan
nuestros connacionales y todos los migrantes que viven el supuesto sueño
americano. Verse de frente y saber que la ilusión del rostro del otro es la
propia y que ambas ocultan el miedo de ser deportados y regresados a ese país
del que huyeron, del que nunca los acogió y los obligo a huir.
Hoy comparto con
ustedes la historia de una migrante que aunque salió de México de manera
voluntaria con la intensión de ascender
en el ámbito profesional y laboral, se
encontró con el rostro de sus paisanos y en ellos el suyo, el propio. Ella es Eileen Truax periodista mexicana,
chilanga como les llaman a los oriundos del Distrito Federal. Salió de su país rumbo a Los Ángeles,
California en compañía de su esposo hace aproximadamente 10 años. Eileen nos
relata de qué manera decide partir Rumbo al Norte:
"El migrante siempre va a ser migrante, y
migrar es un proceso que es doloroso, incluso cuando es voluntario como mi
caso. Soy originaria del DF, fui periodista por casi 10 años especializada en
Política cubría el congreso en la ciudad de México. Cuando me voy a los
Ángeles, me voy con mi espeso porque juos tenemos una productora de video,
íbamos a hacer un documental de migrantes, íbamos por un año, con la idea de
regresar".
La estancia por
un año se prolongó a lo que hasta ahora suma casi una década:
"Cuando llegas a estados unidos y dices que
vienes por un año, te dicen yo venía por un año y voy a cumplir quince, yo
venía por un año y voy a cumplir 23. Y bueno nosotros decíamos nosotros sí
venimos por un año ya voy a cumplir 10".
El trabajo fue la
razón, pero la vocación la hizo
quedarse. Pese a lo que ella creía y a lo que sus conocidos le hacían ver, una
oportunidad de ascender en materia laboral y profesional aunada a su deber de
informar a la comunidad inmigrante en Estados Unidos provocó que Eileen
aceptara comenzar a trabajar en el
Periódico la Opinión, un medio estadounidense dedicado al público hispano:
"La
decisión de quedarse fue por varias razones, y además no quedarse
permanentemente siempre se está con la idea de que vas a volver, hasta ahora
creo que estoy temporalmente en Estados Unidos. Fue una decisión laboral, hubo un ofrecimiento
para trabajar en la opinión, vimos que había esta veta de información entre la
comunidad migrante, vimos que no estaba cubierta y claro vimos la oportunidad
de crecer profesionalmente y al mismo tiempo de experimentar cosas nuevas".
No fue sencillo,
Eileen se enfrentó al choque cultural, al proceso de adaptación a un nuevo
espacio e incluso a la discriminación que viven
muchos de nuestros connacionales mexicanos:
"Sin duda Yo no compararía mi migración con la
migración de las personas que llegan sin documentos. Yo soy ciudadana
estadounidense, hija de un ciudadano estadounidense por eso tengo un doble ciudadanía,
de manera que mi llegada fue bastante amable en términos legales. Aunque claro
siempre llegar a un lugar nuevo donde no conoces a nadie, el choque cultural y
darte cuenta de la discriminación es muy fuerte".
La periodista
menciona que no podríamos comparar la discriminación a la que comúnmente y
malamente somos sometidos en nuestro propio país con lo que se vive del otro
lado, ya que al ser una minoría étnica en un país extraño, resulta meramente
complicado y devastador. No hay voz, no hay voto, no hay inclusión social y
mucho menos incidencia política:
"Nosotros decimos que en México hay discriminación porque discriminamos por
el tipo de color piel o de cierto origen, pero la realidad es que llegar a
vivir a un país donde eres una minoría étnica y si eres la minoría étnica
siempre la nueva migración es la causante de todos los males. Estamos en un
momento en el que le ha tocado al latino ser el malo del cuento. Por el momento
nos toca ser villanos".
"Es difícil ser una minoría étnica, es difícil
desarrollarse cuando eres parte de una minoría étnica saber que no tienes peso
en las decisiones políticas".
El
vivir como una migrante en un nuevo país, diferente al suyo rodeada de miradas
que la excluyen y la discriminan, la ha llevado a percatarse de la realidad en
la que vivimos como mexicanos. De cómo es que nuestro país no quiere
reconocernos como suyos y que es por ello que nos obliga a salir huyendo en
busca de lo que nos ha negado.
"Ver la condiciones en las que tienes que
vivir en una sociedad que es hostil hacia tu persona porque considera que no
tienes que estar ahí. Para mí ha sido un gran aprendizaje, y en los últimos
años para mí ha sido muy doloroso ver que hay un país que tiene un gran capital
humano queriéndolo dar todo por su país y que no los acepta y que ese es
México".
El acercamiento a la comunidad migrante En estados unidos es darme
cuenta cual es la realidad de México.
"Entonces bueno esa es mi experiencia
migrante, ni de lejos tan valiente tan osada tan tenaz como nuestros migrantes
indocumentados que a diario se la rifan
en serio".
Para Rumbo al Norte Dalia Souza
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