martes, 23 de julio de 2013

Va por mi pueblo Albergue del Desierto Mexicali Baja California

Un “sueño americano” y añoranzas de superación son algunos de los motivos que lleva a cientos de miles de personas a buscar una vida mejor en territorio estadounidense. Se estima que al día, Estados Unidos deporta mil 400 migrantes. Miles de migrantes, miles de deportados son los que llegan y se van, unos cuantos lo lograron, otros más se quedaron a la mitad, entre la tierra que los vio partir y la misma que ahora los ve regresar.

Desde hace 24 años se yergue en el cruce fronterizo de México y Estados Unidos el módulo dos de atención a migrantes deportados del Albergue del Desierto en Mexicali Baja California. Un albergue que atiende a mujeres y niños migrantes deportados, la mayoría vienen de Texas y Arizona, dos de los principales puntos de detención de migrantes en el país del norte.

Es así como al ser repatriados por autoridades estadounidenses este albergue les recibe, les da cobijo y los acompaña hasta que llegan a sus comunidades de origen, sino es que deciden permanecer Mónica Oropeza presidenta del albergue:

"El albergue estamos instalados en una parte de la ciudad y tenemos una oficina en el cruce fronterizo, tenemos un módulo de atención, el modulo dos. La primera organización civil en la frontera de México, que tuvo la atención delos migrantes deportados, nosotros comenzamos a tener la atención comida, canalización, ese darle la mano al migrante deportado por esta frontera.11:30 el albergue del desierto nace de una respuesta de la comunidad hacia el fenómeno migratorio, nosotros tenemos un albergue que le llamamos de puertas abiertas, donde claro que hay reglas, pero que se le permite al migrante, es un espacio donde se da cabida tres semanas para menores, una semana para mujeres, donde analizan individualmente cada caso. Ellos pueden decidir salir y buscar un trabajo digno de acuerdo a los horarios del albergue".

El camino de regreso lleva a cuestas la nostalgia y el cansancio del que no logro cruzar la frontera, ilusiones rotas y en ocasiones, sueños frustrados. El sufrimiento, el desgaste físico al igual que el emocional de una deportación se duplica, cuando la carga la sopesan menores o mujeres migrantes no acompañados. Mónica Oropeza, quien frecuentemente presencia este tipo estragos con las mujeres y menores repatriados comenta el grado de desconcierto y temor con el que llegan:

"llegan en condiciones de incertidumbre la mayoría los que vienen del sur, los menores de Centroamérica cuando vienen en peores condiciones que los que vienen deportados de Estados Unidos. Todos en si llegan con un grado de incertidumbre miedo, depresión. Los menores deportados no saben si ellos saben si van a volver a ver a su familiar, a veces se sienten en el proceso de la deportación y la detención es algo duro para ellos, y más cuando iban acompañados del tío o del cuñado, y al momento de la detención no pueden hacer el ligue del familiar directo. Y los separan si no es familiar en línea directo, eso le imprime al menor un grado de incertidumbre o de miedo no sabe si volverá a reunirse con ese familiar que lo trajo.5:20 La mayoría de los menores que vienen en compañía de algún familiar, de alguna persona que tienen familia en estados Unidos. Separarse de esa persona le trae un grado de temor".

Al ser un albergue de puertas abiertas prevé una alternativa a la detención de las personas, permitiéndoles salir a buscar trabajo, sustento y en algunas ocasiones educación. Mónica Oropeza y su equipo responden a sus necesidades y oportunidades acompañándolos en todo este proceso, pues dice, así se evita que los migrantes permanezcan en las calles y se fomenta el trabajo formal:

"Nosotros pasamos a ser ese acompañamiento familiar, donde puede salir a trabaja y volver en la tarde y juntar su dinerito, para que puedan ser independientes del albergue puedan salir rentar, y quedarse algunos. Se han quedado en Mexicali, han logrado quedarse, también el albergue ofrece que puedan terminar sus estudios, su primaria o secundaria, para que puedan acceder a un mejor empleo.13:55 El albergue tiene sus reglas, precisamente no fomenta la indigencia, uno hace el acompañamiento, se habla con el jefe del trabajo que consiguió, hay que hacer un seguimiento, para fomentar que vaya al lado del migrante, para que vaya dejando una raíz bien sustentada. No precisamente que salgan y vaya pidiendo dinero en las calles. Si vas a salir a trabajar tiene que ser un trabajo estable, para hacer seguimiento y vigilancia para nosotros ir haciendo un trabajo sustentado de un trabajo formal".

Pocos migrantes centroamericanos son atendidos por esta organización a causa del reforzamiento, vigilancia y seguridad fronteriza que hay por este cruce en Baja California. Sin embargo, las personas deportadas siempre están ahí. Anualmente atienden alrededor de mil 500 niños y mujeres no acompañados. Se les da asilo por no más de tres semanas, comida y acompañamiento. La organización es una donataria autorizada, a continuación Mónica Oropeza explica las formas por las cuales pueden colaborar con este albergue:

"El albergue es una donataria autorizada, recibimos donativos en efectivo, recibimos ropa usada en buenas condiciones, alimentos no perecederos y perecederos, Nosotros estamos ubicados en av. Carpinteros 1515 en la zona Industrial en Mexicali Baja California".

Para Rumbo al Norte Dalia Souza.

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