martes, 28 de mayo de 2013

Va por mi pueblo: Las Patronas

Ellas son mujeres que se sostienen por la fuerza de la fe; por su convicción a favor de los derechos fundamentales y la fuerza de la sonrisa que cada día, miles de migrantes les brindan a su paso.

Son Las Patronas, 14 mujeres que en el estado de Veracruz, ofrecen hace ya 18 años, ayuda y solidaridad a todos los hombres, mujeres o niños que montados en el tren La Bestia, surcan el territorio nacional para acercarse a Estados Unidos de Norteamérica. Ellos cargan un sueño, el sueño americano que idealizan como una mejor oportunidad de vida.

La historia de Las Patronas comenzó por mera anécdota y se ha convertido en una gran historia. La señora Norma Romero, cofundadora e integrante de este singular grupo, recuerda esa tarde cuando sus hermanas se toparon de cerca con los migrantes a bordo del tren:

Voz: En ese día que dos de mis hermanas habían salido a comprar la leche y el pan, el tren venía y de repente, los viajeros les gritaron: ¡Madre, comida; tenemos hambre! Entonces, mis hermanas al escuchar esto dijeron: oye esa gente no es de aquí, porque la gente de aquí, es diferente. Al primer grupo que pasó no le dieron nada, pero se quedaron preocupadas, quiénes son esas personas. Al segundo grupo que pasó, le dieron el pan y a los otros, le dieron la caja de leche. Se quedaron con esa duda. Llegaron a la casa, le dijeron a mi mamá y posteriormente, nos reunimos con ellas y dijeron que las personas que van arriba del tren no son del país, porque éstas hablan diferente.

Al principio no fue sencillo comprender de quiénes se trataba. Al principio, los migrantes eran desconocidos a sus ojos.La señora Norma Romero narra cómo inició su historia y la de sus hermanas cuando descubrieron quienes eran los migrantes y cuáles eran sus necesidades:

Voz: Un día se llegó a parar y bajamos con los lonches al Cambio, un lugar que queda a cinco minutos de donde estamos. Fuimos y les preguntamos que dónde eran, por qué venían ahí y platicamos. Así fue que nos enteramos que eran de nuestros países hermanos de Centroamérica, de Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua. Que ellos iban por mejorar su calidad de vida de ellos y de su familia.

A veces las personas migrantes son paisanos nuestros, es decir son ciudadanos mexicanos. A todos sin distinción, Las Patronas, brindan una bolsa de pan, comida, ropa o una botella de agua o jugo. Esto mientras La Bestia está en movimiento. Así lo comenta la señora Norma:

Voz:organizamos, fuimos a darle 30 lonches sacando de nuestro dinero, de nuestro arroz, de nuestros frijoles. (2:50) El primer día que dimos los lonches, nada más veían las bolsitas que les colgamos ahí y empezaron a agarrar el lonchecito. Posteriormente, fue como empezamos aumentando; luego 10 lonches y así, dependiendo de la gente que venga en el tren.

Poco tardaron La Patronas de Veracruz en conocer la problemática de los peregrinos y en resolverse a ayudar, pese a los problemas o riesgos que su apoyo, puedan derivar. Sabían que estas personas tan abandonadas a su suerte, tenían fuertes motivos para salir de sus países, comenta la señora Norma:

Voz: Fue porque comenzamos a buscar información. Anteriormente, ayudar al ilegal era un delito. Cómo ayudar a un ser humano es un delito. Si tiene hambre, darle de comer no es un delito. Así fue como comenzamos a informarnos. Anteriormente como que la información estaba muy clara, no sabíamos por qué compartir el pan que nos da Dios es un delito. Entonces, se comenzó a investigar.Cada ser humano tiene un derecho y por lo tanto, muchos los desconocemos; tanto la salud como el libre tránsito, nadie sale de su país nada más por gusto, siempre hay una necesidad.

Firmes en sus convicciones y frente a la indiferencia de los gobiernos y los policías, estas catorce mujeres veracruzanas; hermanas, hijas, nietas y madres, comienzan su jornada día a las diez de la mañana. Terminan a las nueve de la noche, la hora en la que pasa el último tren. Sus faenas consisten en preparar comida y repartirla al necesitado. También son promotoras y defensoras de los derechos de las personas migrantes. Son mujeres que están comprometidas con su labor:

Voz: Para nosotros es motivo de orgullo y compromiso, pues también implica, un compromiso con la gente; los jóvenes, las familias saben que podemos hacer el cambio. Todos estamos poniendo un granito de arena. Realmente, si no hay amor no puede seguir funcionando el servicio. (9:34) Lo que más amo es cuando uno descubre lo que es capaz de hacer. Hay muchas cosas que podemos hacer. En el momento en el que descubrí esta labor, mi vida cambió.

A pesar de los malos comentarios nada las detiene, la fuerza para mantenerse firmes proviene de esos otros patronos y patronas de la sociedad civil que desde distintas comunidades e instituciones, brindan ayuda a Las Patronas, comenta Norma:

Voz: Luego hay gente que piensa que hacemos nuestra labor porque nos están pagando. Yo creo que la mejor paga es que Dios siempre esté con nosotros y que siempre nos esté acompañando. Y la gracia de tener a nuestras familias. Estar unidas. Ya tenemos seis patrones, vamos ir sumando y muchas patronas que están por fuera y que son quienes donan cosas y que gracias a ellos, estamos saliendo adelante y que están aportando su granito de arena.

Norma sabe que en todo el país, hay quienes se conduelen del otro, pero temen o pasan de largo que su apoyo, por sencillo que sea, puede hacer la diferencia:

Voz: Yo diría a la sociedad civil, que no juzguemos al ser humano, que no discriminemos; que nos pongamos en sus zapatos, porque desafortunadamente a veces, es más fácil discriminar que ayudar. Y yo creo que la gente sabe que no podemos seguir con miedo. Debemos vivir con esa tranquilidad que antes gozamos.
Yo creo que el ser humano tiene derecho a caminar, y que tiene derecho a una mejor calidad de vida para ellos y para sus familias. Que les permitamos el paso y que no les obstruyamos el camino; más bien que les ayudemos con una ropita, un platito de comida, un vaso de agua. Hay que ser solidarios.

En reconocimiento a su larga trayectoria alimentando y brindado ayuda a los migrantes en tránsito por el sureste de México, Las Patronas obtuvieron el pasado mes de abril, el Premio Nacional de Derechos Humanos “Don Sergio Méndez Arceo”.

Para estas nobles mujeres no hay tregua o descanso mientras continúe el paso de migrantes necesitados de apoyo. Las Patronas siguen firmes para prestar ayuda humanitaria al peregrino y acompañarlos en sus proclamas para combatir y castigar el crimen, las injusticias y la violencia que azota a los migrantes.
Para Rumbo al Norte Dalia Souza.

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