Negocio con indocumentados: las detenciones generan grandes ganancias a empresas de cárceles privada.
17 de Marzo de 2013 (La Opinión y Emeequis).- La Casa Blanca afirma que
detener inmigrantes cuesta mucho dinero y justifica la reciente
liberación de un número no determinado de ellos con los recortes
automáticos de presupuesto federal. Pero, hasta ahora, ni demócratas ni
republicanos se habían quejado jamás de un sistema carcelario paralelo
que desde hace más de una década —particularmente desde los ataques
terroristas del 11 de septiembre de 2001— ha crecido sin parar,
consumiendo cada vez más dinero del presupuesto del país.
Si
ambos partidos han sido cómplices de este continuo aumento, otros se
han beneficiado directamente de este estado de cosas, entre ellos, las
compañías de cárceles privadas en donde está detenida más de la mitad de
la población carcelaria inmigrante del país, las cuales, por años han
cabildeado y contribuido con fondos a políticos en busca de solidificar
su negocio.
En las cifras está claro: la cantidad de
camas ocupadas diariariamente por detenidos de las autoridades
migratorias se quintuplicó en un periodo de 15 años, con un costo para
el gobierno y para los contribuyentes que pagan la factura. Sólo para el
año fiscal 2013, el presupuesto de la sección de “Actividades de
Custodia” del Departamento de Seguridad Nacional fue de mil 900 millones
de dólares.
Esto no incluye los demás costos de
seguridad nacional y control fronterizo, varios miles de millones más.
Nada más en el año fiscal 2012, el gobierno gastó 4 mil millones de
dólares en tecnología para Seguridad Nacional.
Este flujo de
dólares ha beneficiado enormemente a las compañías que se dedican al
ramo de las cárceles privadas y la seguridad nacional. “Esas personas
que cruzan la frontera y son arrestadas tendrán que ser detenidas y,
según mi forma de pensar, eso sólo puede mejorar las oportunidades para
lo que nosotros hacemos”, dijo Wayne Calabrese, presidente de GEO Group,
una corporación que construye, compra y maneja prisiones privadas y que
administra siete centros de detención privados para inmigrantes con
capacidad para casi 8 mil camas.
Por años, el negocio de la
detención de inmigrantes ha sido boyante, y por ahora, a pesar de los
problemas presupuestales, no ha dado señal de que vaya a disminuir,
aunque una reforma migratoria amplia podría poner en peligro las
ganancias de estas empresas.
Plan de reforma migratoria del Senado incluye la ciudadanía
18
de Marzo de 2013 (Univision.com).- The New York Times publicó que
quienes califiquen para la reforma migratoria, una vez recibida la Green
card, deberán esperar al menos otros tres años para poder iniciar el
trámite de la ciudadanía o naturalización. El anteproyecto, agregó,
empata una propuesta de la Casa Blanca que ofrecería la ciudadanía para
la mayoría de los 11 millones de indocumentados que viven en Estados
Unidos. El 28 de enero el grupo bipartidista del Senado que redactó el
proyecto dio a conocer los principios de la propuesta basada en cuatro
ejes: seguridad fronteriza, camino a la ciudadanía, verificación de
empleo e inmigración legal.
Del camino a la ciudadanía recomendó
primero certificar la seguridad fronteriza y obligar a todos los
indocumentados a que primero sean verificados sus antecedentes penales
antes de avanzar en el proceso de legalización. Además, los extranjeros
sin papeles que califiquen deberán pagar impuestos y cancelar una
multa. Cumplidos estos requisitos los indocumentados entrarían en un
compás de espera bajo un estado de no inmigrante que dilatará una
década. Una propuesta del presidente Barack Obama, dada a conocer el 29
de enero en Las Vegas, Nevada, se basa en los mismos ejes que el plan
del Grupo de los 8, pero elimina la espera de los 10 años y en su lugar
recomienda que se pida de una vez la Green card, documento que los
migrantes recibirían en un plazo no mayor de ocho años. Para ser
aprobada la reforma migratoria se necesitan 60 votos en el Senado (los
demócratas cuentan con 53 asientos) y 218 en la Cámara de Representantes
(controlada por los republicanos). El diario neoyorquino también dijo
que los integrantes del Grupo de los 8 discuten otros temas, entre ellos
programas de visados para trabajadores temporales de visas tipo H2.
También ultiman detalles de un sistema de verificación de empleo,
herramienta federal creada en respuesta a los ataques terroristas del 11
de septiembre de 2001 y que obliga a las empresas a revisar si sus
trabajadores tienen permiso para laborar legalmente en el país. El
poder del electorado hispano y la Reforma Migratoria
18
de Marzo de 2013 (AOL Latino).-Si los hispanos ciudadanos americanos y
mayores de 18 años entendieran cuán determinante fue el voto latino en
las pasadas elecciones y se interesaran por ejercer su derecho a votar,
se convertirían en un electorado extremadamente poderoso y en una
constituyente que nadie se podría dar el lujo de ignorar.
De
acuerdo con el Pew Hispanic Center en conjunto con el Negociado del
Censo, cincuenta y tres millones de hispanos integran el 17% de la
población de los Estados Unidos, pero constituyeron solo el 10% de los
votantes de las pasadas elecciones presidenciales. Con todo y que el 10%
es bajo, fue un número récord de latinos votantes y fue decisivo en los
resultados de los comicios.
Esa porción del electorado va a
aumentar rápidamente, primero porque los hispanos son el grupo étnico
más joven de la nación. Su edad mediana es de 27 años y de sólo 18 años
para los hispanos nacidos en los Estados Unidos. En las próximas
décadas, la porción hispana del electorado elegible por edad va a
aumentar, tan solo por reemplazo generacional. Los hispanos serán
responsables por 40% del crecimiento del electorado elegible de los
Estados Unidos entre ahora y el 2030, cuando 40 millones de hispanos
serán elegibles para votar, de 23.7 millones que son ahora.
Si
las bajas tasas de participación de votantes hispanos y sus tasas de
naturalización aumentaran a los niveles más altos de otros grupos, el
número de hispanos que votarían en las próximas elecciones podría
duplicarse en dos décadas.
Se calcula que en noviembre pasado
votaron 12.5 millones de hispanos. De los 40 millones de hispanos que no
votaron, unos no votaron porque no quisieron y otros porque no eran
elegibles para votar: 11.2 millones de votantes elegibles decidieron no votar
(44-53%); 5.4 millones son residentes legales permanentes que no podían
votar porque no se han naturalizado; 7.1 millones son inmigrantes
indocumentados adultos; 17.6 millones son menores de 18 años de edad.
La
gran mayoría (93%) de los jóvenes hispanos latinos son ciudadanos
americanos de nacimiento y serán automáticamente elegibles para votar
durante las próximas elecciones. Anualmente, 800,000 latinos cumplen 18
años. Para el año 2030, ese número debe haber llegado a un millón anual,
añadiendo un electorado potencial de más de 16 millones de nuevos
votantes latinos.
Solamente el reemplazo generacional y la
elegibilidad por edad y ciudadanía aumentarían el electorado hispano a
cerca de 40 millones en dos décadas. Este número puede subir
drásticamente si aumenta la naturalización entre los 5.4 millones de
hispanos residentes legales.
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